lunes, 21 de septiembre de 2020

Cómo despedirse de alguien a quien ya no saludas, en siete pasos


A Patricia


Primero: Dibújate un interrogante en los labios a juego con tu blanca incredulidad.

Segundo: Aviva los recuerdos buscando el último cruce de caminos en el que fingiste tener más prisa que tiempo y tiraste la promesa de un café dos papeleras después.

Tercero: Cálzate la culpa y dirígete, al compás de vuestra banda sonora, al pie de una escalera a su cielo… que se derrumbará ante tu impertinente falta de fe.

Cuarto: Pasa horas desenterrando fotos del fondo de las carpetas olvidadas, en un rincón enmarañado de tu memoria externa.

Quinto: Ten cuidado de no resbalar bajo la lluvia de despedidas que inundan su perfil bueno en las redes, en las que también erais asociales.

Sexto: Coge el interrogante de tus labios y úsalo para colgar alguna de esas fotos desenterradas en su muro (o en el tuyo) y márcala con algún verso que os pueda etiquetar juntas en un intento de perdurar justo en el punto final.

Séptimo: Cae en la cuenta de que ninguno de estos pasos no te ha servido absolutamente para nada y…

LLORA, JODER, LLORA.

Y mira como del charco que se va acumulando en tus manos florecen todos los momentos compartidos enredándose en las hojas del diario en las que incrustaste su nombre

Y LLORA, JODER, LLORA para regarlas y que no se marchiten nunca.

Para qué coño quieres despedirte de alguien a quien ya no saludas si puedes sonreírle a su fantasma y coger carrerilla para saltar a los brazos de todos los que siguen vivos.


Ester Sinatxe
(Febrero 2020)

domingo, 25 de febrero de 2018

Números rojos



Números rojos

Subí la apuesta a que te bajaba los pantalones y acabé comprándole las pilas a mi premio de consolación. Ganaste la partida haciéndome perder el tiempo, creo que también perdí las bragas...

Buscando las llaves en el fondo del bolso encontré el ticket de tus promesas con la fecha de devolución caducada.

Mira que yo como pago al contado nunca me falta un beso, pero como tú para sumar uno más uno siempre fuiste corto de cambio, nunca logramos cuadrar las cuentas ni los triángulos amorosos.

Y ahora, todo son números sangrando en mi libreta cuando escribo en este banco del parque, capital de nuestro reino, sin dar crédito alguno a tus palabras.





Ester Sinatxe
(Octubre 2013)

lunes, 6 de febrero de 2017

En espiral


Sufro una crisis de infertilidad, y ya no sé como llamarle a este letargo-mascota. Salir, para poder volver a entrar y me he vuelto a dejar las llaves en una cerradura ajena.

Esta salida está empapada y se resbalan las manos directas a escribirte "rómpeme el corazón desde las piernas" en tu muro, desde el otro lado de la webcam.

Para variar subo a mi espiral, esa que gira desde tu epicentro hacia mis terremotos; me saben a poco todas tus ganas y me encierro entre las palabras que nunca te susurraré. Desde las yemas de mis dedos se escapa otro suspiro que acaba roto y húmedo, tendido sobre unas sábanas que nunca se deshacen.


Ester Sinatxe
7-9-2012


jueves, 29 de septiembre de 2016

En mis recuerdos



 Pixabay
En mis recuerdos siempre hay un cenicero, ropa sucia en el suelo y más de un reloj perdiendo el tiempo.

Puedes encontrar cuadernos hechos con hojas de un otoño perenne; también hay un parque eterno que al atardecer se deja liar tras una cortina de humo.

Todas las piedras del camino tiran sus tropiezos sobre mis tejados y esconden las casas sin construir.

Cada mirada perdida encuentra un secreto y cada mano inocente guarda el silencio del que calla para siempre.

En mis recuerdos siempre hay cenizas porque me da miedo el fuego.

Ester Sinatxe
(28-09-2016)

viernes, 8 de julio de 2016

Aquel rojo



 Me he vuelto a malpintar las uñas de aquel rojo que combinaba con mi ropa interior.

He encontrado el deseo colgando de un guiño. Estaba ahí, esperando en el espejo, a la vista de todos...
cegándome.

He descubierto que a mi piel todavía le quedan unas cuantas caricias por delante.

Y por fin,
he olvidado que ya no recuerdo cómo besar.



Ester Sinatxe
(08-07-2016)

martes, 9 de febrero de 2016

Notas al margen


A veces me enamoro, otras abro los ojos. No siempre escribo, pero me gustaría.
No me queda ningún cuaderno sin su mancha de café, sin su poema a medias y algún recuerdo inventado.
Suena música y se desordenan las sonrisas aleatoriamente, despertando el pasado, invocando a fantasmas que ya creía muertos.
Puede que este golpe de nostalgia cruja como las hojas en otoño, pero no es más que la falta de nieve en este invierno que no ha cuajado.

Y pasa el tiempo, pasa de todos nosotros, sin pararse siquiera a preguntar qué camino es el más corto.

Ester Sinatxe

lunes, 21 de diciembre de 2015

Carnaval de musas

 
Estas musas que gustan de verme hundida, traen de visita con ellas todas las dudas que fueron certezas.

Certezas. Cortezas del árbol caído con el que hicimos leña sin remordimientos.
Certezas que una vez nos arrancamos de la piel para dejar ver de qué están hechos los miedos.
Certezas que se diluyen como un té de corteza de sauce.

Así duda a duda, las musas construyen una deforme silueta de la que fue aquella primera risa de bebé, que al romperse dio vida a las hadas.
 
Y ahora resuena una carcajada sin dueño, un eco vacío que golpea mi espalda obligándome a escribir. 
 
Triste parodia. Triste desfiguración. 
Pasen y vean el grotesco carnaval de la inspiración; los ciegos pagan el doble.
 
Ester Sinatxe
(12-11-2015)