Me he vuelto a malpintar las uñas de aquel rojo que combinaba con mi ropa interior.
He encontrado el deseo colgando de un guiño. Estaba ahí, esperando en el espejo, a la vista de todos...
cegándome.
He descubierto que a mi piel todavía le quedan unas cuantas caricias por delante.
Y por fin,
he olvidado que ya no recuerdo cómo besar.
Ester Sinatxe
(08-07-2016)